Una Cabeza

Que ya no veo llover de tus ojos,

algún resto de amor,

que esta, tan mal...

Ya no escribo si sueño,

y ya no sueño que escribo.

Si como azota la risa callo,

el perro y humo, que vuela y lo tumbo,

nunca son buena combinación.

Ahora espero que vuelva a llover.

Son simples esperanzas de volverte a ver,

ayer, recordé, quien corto tus alas

y te ato a este mar sin sal,

a estos ojos sin pestañas.

Un verde lugar, te abre la herida,

la noche y el día, no quieren salir.

Hoy que me encuentro, donde no me entiendo,

parece la hiel que deja el recordar,

ser poco, o ser mucho, es que nunca escucho,

que es lo que me quieren inculcar.

Podría pensar, si fuera un presagio.

Pero lo mío no es la superstición,

y se congelan como las miradas,

y vuelan como las palabras.

Son como ramos que van por las ramas

y corazones sin besos ni amores,

ese silencio, el que nos aparta

y nos deja separados en la misma cama.